Que alguien se suicide está de más –o está de menos. Algunos considerarán este acto -¿De valentía, de cobardía?- anacrónico, otros amoral, otros pecado… sin embargo, aun así, debe primar el estudio de los motivos más que del acto realizado y, por lo tanto, irreversible. Demos por hecho que esta mañana un conductor de aquellos que quedaron –o quedarán, la misma vaina- sin trabajo esté pasando por la peor situación económica. Además, podemos sumarle el abandono de su mujer y la drogadicción de un hijo. La presión en su cabeza ignorante, quizá sin estudio alguno, y la notoria precariedad de su condición de vida lo lleven a tomar una decisión cuestionable, alabable, polémica al fin. Decisión que en un momento oportuno lo llevará a subirse a las barandas del puente del viaducto y a sentirse libre por el rose de la brisa sobre su cuerpo. Volará antes de precipitarse al suelo.
Recordemos el último suicidio de revuelo nacional. Una niña de catorce años. Conmoción, histeria, rasgadura en el país ante tan funesto acto. Cumplimos como seres humanos, como compatriotas, y descansamos ahora con la conciencia tranquila. El deber cumplido. Los motivos de la niña son conocidos por todos: soledad, abuso, maltrato, trabajos forzados… -¿Qué considera usted de este acto, dé su opinión (desde cualquier punto de vista)?- No obstante, ya están de más las palabras que salgan de su boca. Vivimos rodeados, según las condiciones de la niña, de potenciales suicidas. Si lo pensásemos bien: una más, una menos; nos acostumbraríamos postreramente a ver caer por propias manos las almas débiles –o tal vez más fuertes. Se nos haría común el final de una existencia miserable.
Ahora bien, cuáles motivos consideraríamos adecuados, correctos para tal decisión: la pérdida –aunque siga viviendo en el mismo barrio- de un amor pa-ra-to-da-la-vi-da, la pobreza absoluta, la miseria, la drogadicción, la ruina, la mediocridad del sistema político colombiano, la increíble historia de la escogencia de rector en la UIS, la inclusión forzosa –no tan forzosa- del metrolínea…Y qué hay de nosotros -¿Nosotros? ¿Quiénes?- los no suicidas; qué tenemos en nuestra mente, qué reflexión podemos hacer ante este hecho -¿Nos importará realmente? ¿Me importará a mí en algo o solo es un medio para escribir? ¿Seré realmente un no suicida?- Cómo juzgaremos a un suicida fallido, a un mediocre hasta para matarse. Cómo sería nuestra sentencia frente al suicida fallido, frente al que lo logra. Cómo sería en fin nuestra existencia.
Sin embargo, hablo de nuestra existencia, de la mía en específico, de la tuya. Llegar a su fin por diversos motivos, aun a pesar de las personalidades dispares. Dos contrarios colgándose de la misma viga. Los caminos de Dios son tan diversos, tan difíciles, tan contradictorios. Érase una vez un ave que volara bajo y otra que surcara las grandes alturas con la fuerza de sus alas. Ambas han muerto ya presas de la vida. Andar despacio, decía mi padre, es a la larga lo mismo que correr, hijo. Por qué, preguntaba yo en mi inocencia. Nada respondía entonces; fijaba sus ojos allá, en el vacío que es el futuro, y los volvía a veces hacia adentro, en el vacío que es el pasado; me miraba sin reproche y me decía: Vamos, se hace tarde.
Cada quién es un posible suicida, solo falta buscar en los corazones los motivos para dejarse llevar de la vida. Si acaso la muerte es a la larga el destino, si la muerte es a la larga la vida, si la muerte es a la larga la nada y el todo –pensarán algunos- por qué no anticiparla. Otros por temor a la vida escogerán la muerte. Algunos por problemas, por conflictos, por miedos, por perdidas, por sueños fallidos, frustraciones…quién no ha tenido algún motivo: Yo ¿Un posible suicida? Tendría mis motivos si los buscase en el cajón olvidado de los recuerdos malos, si removiese el polvo del tiempo, si fuese al desván de las desdichas y me sentara a repasarlas, una por una; si las sopesara, las contara y las mezclara. Yo ¿Un posible suicida?
Que alguien se suicide está de más o está de menos. Debiéramos buscar en los motivos, porque quizá la muerte se ha producido mucho antes o se ha ido produciendo desde siempre. Buscar los motivos y analizarlos, hacer estudios, investigaciones, sacar conclusiones, libros, novelas, poemas, best sellers, una que otra noticia, alguna crónica, un enorme tratado y luego el olvido ¿Qué podemos hacer, nosotros, seres humanos? Dejar que la gente decida, que sume y que reste, y ¿Ellos, los suicidas? dejar que otros escriban. Si yo fuera un suicida ya me habría matado y otro…hubiera escrito mis líneas.
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