Jorge Octavio Melo Guevara | Médico| Publicado el 6 de junio de 2013
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Mis primeras pinceladas Santiago Felipe Melo A. |
El hombre necesita recreación para enriquecer su vida, no diversión que lo distrae del mundo, que no sería otra cosa que perder vida. La gracia de la vida está en haber logrado la mayor plenitud vital al momento de morir.
Comienzo por lo que es el concepto de recreación, fundamental para definir cuáles serían las actividades por las que hay que propender. El diccionario de la Real Academia de la Lengua define de la siguiente manera recrear: “Crear nuevo alguna cosa. Divertir, alegrar, deleitar. Disfrutar haciendo algo o hacerlo poco a poco.” El término divertir lo define a su vez así: “Entretener, recrear. Apartar, desviar, alejar.” El otro término en cuestión es distraer que queda así: “Apartar el objeto de una persona del objeto al que la aplicaba. Apartar a uno de la vida ordenada. Divertir, entretener.” Como puede verse en éstas definiciones, diversión y distracción son casi equivalentes. La Real Academia también en una parte de la definición casi que asimila la definición de recreación con la de diversión.
La primera definición de recreación la define como crear nuevo alguna cosa. Esta es la definición que me gusta, pero encierra un mundo de conceptos. Cuando se trata de un concepto como es el de una necesidad humana se debe definir no por lo que es sino por lo que debe ser o de acuerdo con el desarrollo alcanzado por la humanidad. Teniendo esto como premisa voy a definirlo de una manera que no contradiga la definición anterior dada por la Real Academia de la Lengua Española, pero que además encierre el ideal ético de lo que debe buscar el individuo en su incesante búsqueda del hombre como objetivo en sí mismo. Recrear es volver a crear, por lo tanto es la búsqueda de experiencias humanas, es decir, son todas las actividades que incrementan en calidad y en cantidad la experiencia humana, en los planos psicológicos, físicos, sociales, conceptuales, artísticos y que por ende producen un grado de satisfacción al hacerlo. Son por tanto actividades recreativas el ejercicio literario, la práctica de deportes o el esfuerzo físico siempre que se haga libremente, actividades sociales en donde se comparten espacios, experiencias, las tertulias literarias, cuando se asiste a eventos artísticos en diferentes géneros (musicales, lúdicos, deportivos, artes plásticas. Siempre que sean auténticas manifestaciones del arte y no se trate simplemente de espectáculos de consumo). El verdadero disfrute del arte exige por parte del espectador un esfuerzo mental, exige que este no sea un sujeto pasivo. La finalidad de la recreación no es distraerse mientras el tiempo pasa, sino experimentar vivencias; no es olvidarse y esconderse del mundo, sino todo lo contrario: vivir con más intensidad la vida. El objetivo de la vida es la vida misma, por lo tanto prácticas que esquiven la experiencia de la vida son contrarias a los postulados humanistas. Podrá argumentarse que en el mundo moderno los hombres (en sentido genérico) viven agobiados por tanto trabajo y que si las actividades recreativas pretenden exigirles más esfuerzos entonces mejor sería no recrearse. A ello se puede responder que el esfuerzo físico y mental, cuando son voluntarios o cuando se hacen persiguiendo un fin noble como el conocimiento, la creación artística, el cultivo de la creatividad o el mejoramiento de la condición física y psicológica, no constituyen ningún castigo y al contrario son la esencia misma del hombre y un imperativo moral. Asistir a un concierto musical o a la proyección de una película pueden ser actividades recreativas o de diversión, dependiendo del espectáculo y del espectador: del espectador, si se trata simplemente de hacer algo divertido y que no le cueste ningún esfuerzo físico o mental mientras pasa el tiempo, y del espectáculo, porque puede que se trate de un espectáculo auténtico o simplemente películas de consumo o comerciales. Se ha dicho que una buena obra artística o cultural es aquella que impacta positivamente los sentimientos del hombre, así el sentimiento que le acompañe después sea el de una congoja, de tristeza o de rabia; pero lo positivo de esta experiencia es que a través de la obra ha logrado compenetrarse con individuos de otros grupos sociales, culturas, etnias, latitudes, etc., con quienes se solidariza por sus desventuras o desgracias, lo que constituye un auténtico sentimiento humano.
Mediante la recreación, los hombres logran experimentar en todos los aspectos: se experimentan sensaciones visuales, auditivas, sensaciones táctiles. Comprender el arte ya es ser un artista, decía José M. Vargas Vila. De la capacidad de comprender una obra de arte a la realidad de ser artista ya hay un trecho más corto. La verdadera recreación promueve experiencias sociales y contribuye a la formación de lazos entre los individuos que mejoran el tejido social de las sociedades, desvanece los nacionalismos, aniquila recelos entre naciones, promueve la unidad de todos los hombres del mundo como una sola nación. Estas experiencias sociales contribuyen a conocer mejor a individuos y pueblos con culturas diferentes a la nuestra, con otras costumbres, con otra herencia cultural; facilitan la comprensión y la tolerancia entre los pueblos y enriquecen la cultura propia. Un curso de manualidades artísticas promueve experiencias colectivas igualmente, pero además es un aprendizaje de artes propias o tomadas de otras culturas, permiten la adquisición de técnicas y habilidades que no se tenían. Las caminatas, una de las actividades que mas convocan gente, aparte del ejercicio físico, también son una experiencia social: son individuos que aunque no estén identificados de pertenecer a un grupo de hecho lo son: comparten la afición por la práctica del ejercicio físico; generalmente esto se acompaña de convicciones sobre la necesidad de conservación del planeta y casi todos comparten tendencias ecologistas. Lo más común es que se comparta también la admiración por la naturaleza. Mientras se transitan caminos viejos se recrea lo que eran estos escenarios en épocas pretéritas, cuando eran transitados por las mulas y viajeros. En estas aventuras, se encuentran fondas o posadas que estaban a mitad de camino y servían a los viajeros para pasar la noche y medio descansar de las extenuantes jornadas.
Pero así como se ejercita la capacidad física y la habilidad manual también se puede tratar de mejorar la capacidad intelectual: pudiera ser tratando de incursionar en ciencias y artes diferentes a las que comúnmente nos dedicamos. La experiencia de conocer y de pensar bien es la más alta expresión de espiritualidad, por lo tanto el ejercicio y la práctica permanente de estas disciplinas es también la más elevada expresión de actividad humana.
Jorge Octavio Melo Guevara | Médico| Publicado el 6 de junio de 2013
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Mis primeras pinceladas Santiago Felipe Melo A. |
El hombre necesita recreación para enriquecer su vida, no diversión que lo distrae del mundo, que no sería otra cosa que perder vida. La gracia de la vida está en haber logrado la mayor plenitud vital al momento de morir.
Comienzo por lo que es el concepto de recreación, fundamental para definir cuáles serían las actividades por las que hay que propender. El diccionario de la Real Academia de la Lengua define de la siguiente manera recrear: “Crear nuevo alguna cosa. Divertir, alegrar, deleitar. Disfrutar haciendo algo o hacerlo poco a poco.” El término divertir lo define a su vez así: “Entretener, recrear. Apartar, desviar, alejar.” El otro término en cuestión es distraer que queda así: “Apartar el objeto de una persona del objeto al que la aplicaba. Apartar a uno de la vida ordenada. Divertir, entretener.” Como puede verse en éstas definiciones, diversión y distracción son casi equivalentes. La Real Academia también en una parte de la definición casi que asimila la definición de recreación con la de diversión.
La primera definición de recreación la define como crear nuevo alguna cosa. Esta es la definición que me gusta, pero encierra un mundo de conceptos. Cuando se trata de un concepto como es el de una necesidad humana se debe definir no por lo que es sino por lo que debe ser o de acuerdo con el desarrollo alcanzado por la humanidad. Teniendo esto como premisa voy a definirlo de una manera que no contradiga la definición anterior dada por la Real Academia de la Lengua Española, pero que además encierre el ideal ético de lo que debe buscar el individuo en su incesante búsqueda del hombre como objetivo en sí mismo. Recrear es volver a crear, por lo tanto es la búsqueda de experiencias humanas, es decir, son todas las actividades que incrementan en calidad y en cantidad la experiencia humana, en los planos psicológicos, físicos, sociales, conceptuales, artísticos y que por ende producen un grado de satisfacción al hacerlo. Son por tanto actividades recreativas el ejercicio literario, la práctica de deportes o el esfuerzo físico siempre que se haga libremente, actividades sociales en donde se comparten espacios, experiencias, las tertulias literarias, cuando se asiste a eventos artísticos en diferentes géneros (musicales, lúdicos, deportivos, artes plásticas. Siempre que sean auténticas manifestaciones del arte y no se trate simplemente de espectáculos de consumo). El verdadero disfrute del arte exige por parte del espectador un esfuerzo mental, exige que este no sea un sujeto pasivo. La finalidad de la recreación no es distraerse mientras el tiempo pasa, sino experimentar vivencias; no es olvidarse y esconderse del mundo, sino todo lo contrario: vivir con más intensidad la vida. El objetivo de la vida es la vida misma, por lo tanto prácticas que esquiven la experiencia de la vida son contrarias a los postulados humanistas. Podrá argumentarse que en el mundo moderno los hombres (en sentido genérico) viven agobiados por tanto trabajo y que si las actividades recreativas pretenden exigirles más esfuerzos entonces mejor sería no recrearse. A ello se puede responder que el esfuerzo físico y mental, cuando son voluntarios o cuando se hacen persiguiendo un fin noble como el conocimiento, la creación artística, el cultivo de la creatividad o el mejoramiento de la condición física y psicológica, no constituyen ningún castigo y al contrario son la esencia misma del hombre y un imperativo moral. Asistir a un concierto musical o a la proyección de una película pueden ser actividades recreativas o de diversión, dependiendo del espectáculo y del espectador: del espectador, si se trata simplemente de hacer algo divertido y que no le cueste ningún esfuerzo físico o mental mientras pasa el tiempo, y del espectáculo, porque puede que se trate de un espectáculo auténtico o simplemente películas de consumo o comerciales. Se ha dicho que una buena obra artística o cultural es aquella que impacta positivamente los sentimientos del hombre, así el sentimiento que le acompañe después sea el de una congoja, de tristeza o de rabia; pero lo positivo de esta experiencia es que a través de la obra ha logrado compenetrarse con individuos de otros grupos sociales, culturas, etnias, latitudes, etc., con quienes se solidariza por sus desventuras o desgracias, lo que constituye un auténtico sentimiento humano.
Mediante la recreación, los hombres logran experimentar en todos los aspectos: se experimentan sensaciones visuales, auditivas, sensaciones táctiles. Comprender el arte ya es ser un artista, decía José M. Vargas Vila. De la capacidad de comprender una obra de arte a la realidad de ser artista ya hay un trecho más corto. La verdadera recreación promueve experiencias sociales y contribuye a la formación de lazos entre los individuos que mejoran el tejido social de las sociedades, desvanece los nacionalismos, aniquila recelos entre naciones, promueve la unidad de todos los hombres del mundo como una sola nación. Estas experiencias sociales contribuyen a conocer mejor a individuos y pueblos con culturas diferentes a la nuestra, con otras costumbres, con otra herencia cultural; facilitan la comprensión y la tolerancia entre los pueblos y enriquecen la cultura propia. Un curso de manualidades artísticas promueve experiencias colectivas igualmente, pero además es un aprendizaje de artes propias o tomadas de otras culturas, permiten la adquisición de técnicas y habilidades que no se tenían. Las caminatas, una de las actividades que mas convocan gente, aparte del ejercicio físico, también son una experiencia social: son individuos que aunque no estén identificados de pertenecer a un grupo de hecho lo son: comparten la afición por la práctica del ejercicio físico; generalmente esto se acompaña de convicciones sobre la necesidad de conservación del planeta y casi todos comparten tendencias ecologistas. Lo más común es que se comparta también la admiración por la naturaleza. Mientras se transitan caminos viejos se recrea lo que eran estos escenarios en épocas pretéritas, cuando eran transitados por las mulas y viajeros. En estas aventuras, se encuentran fondas o posadas que estaban a mitad de camino y servían a los viajeros para pasar la noche y medio descansar de las extenuantes jornadas.
Pero así como se ejercita la capacidad física y la habilidad manual también se puede tratar de mejorar la capacidad intelectual: pudiera ser tratando de incursionar en ciencias y artes diferentes a las que comúnmente nos dedicamos. La experiencia de conocer y de pensar bien es la más alta expresión de espiritualidad, por lo tanto el ejercicio y la práctica permanente de estas disciplinas es también la más elevada expresión de actividad humana.
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